"Las Murallas de Cañete"


La muralla musulmana de Cañete es sin duda el recinto amurallado más notable de la provincia de Cuenca y uno de los mejores ejemplos de fortificación musulmana del conjunto nacional. Es también el monumento más emblemático de la villa, y sin duda la construcción que más ha condicionado su historia y su desarrollo. Se encuentra conservada en su completa totalidad, aunque en algunos lugares el crecimiento urbano la ha embutido dentro de otras edificaciones.

La muralla es obra islámica de mediados del siglo X, momento de apogeo del Califato de Córdoba. Fue construida de una sola vez y según un diseño unitario, por lo que ofrece una completa uniformidad. Parte de ambos extremos del castillo para descender el abrupto cerro de Cañete y abrazar a la población, aprovechando en lo posible los fuertes desniveles, los crestones rocosos y el cauce del río de la Virgen como elementos topográficos de refuerzo. Cuenta con dos accesos mayores (puertas de las Eras y de San Bartolomé) y tres postigos, todos ellos conservados. Es una obra magnífica, que delimita un espacio muy abultado. Prueba de ello es que el Cañete histórico siempre ha cabido holgadamente en el espacio intramuros, y sólo en su expansión moderna ha saltado las viejas cercas califales.

La muralla cuenta con unos cinco metros de altura y unos dos de grosor, con aparejo de mampostería bien cuidada. Ha perdido casi por completo el adarve y el pretil, que debía contar con almenas y merlones sencillos. Su rasgo más característico es su perfil quebrado, que permitía la defensa de flanqueo sin recurrir a cubos o torres, de los que la muralla carece. Sólo al final de cada lienzo, en cada giro brusco del muro, se levantan cubos circulares, que parecen adiciones cristianas posteriores a la conquista de la población.

La muralla, producto de una sola mente y ejecutada en un plazo seguramente muy breve, ofrece una fisonomía completamente islámica, aunque el trazado en línea quebrada no es demasiado frecuente en las tipologías castrenses musulmanas en la Península. En la provincia de Cuenca se la relaciona directamente con la muralla de Uclés, completamente contemporánea y tan parecida que se diría obra del mismo desconocido constructor, acaso un ingeniero experto en poliorcética a sueldo del califa Abderramán al-Nasir, tras la guerra atroz de sometimiento de los bereberes de la cora de Santáver. No por nada en Uclés resistió a los califas el indomable Fath banu Zennum, hermano de Yahya ibn Musa banu Zennum, que moriría de una lanzada a traición dejando a Abderramán III el control de la gran alcazaba manchega.